Jorge Newbery, en "su año", fue el campeón del Oficial
Jugando con dientes apretados y en varios
pasajes siendo superior a ese Ingeniero difícil, de oficio y mil
batallas, este mix de jugadores jóvenes aún, pero con rodaje y otros
juveniles de proyección hacia el futuro, venció 2 a 0 a Ingeniero de La
Madrid.
El festejo de Newbery dedicado a Lautaro Conde, ese amigo del alma.
Si algo le faltaba a Jorge Newbery en este 2017,
año de su centenario, era coronarse campeón del Oficial de Fútbol. Las
páginas de la historia a veces se sirven en bandeja y permite escribir
momentos importantes, pegados a momentos felices en la vida de un club.
Jugando con dientes apretados y en varios pasajes siendo superior a ese Ingeniero difícil, de oficio y mil batallas, este mix de jugadores jóvenes aún, pero con rodaje y otros juveniles de proyección hacia el futuro, venció 2 a 0 a Ingeniero de La Madrid.
Facundo Maitini abrió la cuenta antes del cuarto de hora de iniciado y Matías Albasi sobre el final de la etapa puso el 2 a 0 que sería definitivo. Los de Hugo Ciolli lejos de jugar un fútbol práctico y efectivo, tuvieron la chance de "ponerse en partido" a los 20 del complemento cuando inesperadamente Luciano Echer desvió un tiro penal, quizás en el único momento de confusión que tuvo el Cacique en el global del juego.
El recuerdo a ese amigo del alma como fue Lautaro Conde, jugador fallecido a fines de 2016, se hizo notar, caló en lágrimas de jugadores y dirigentes, pero en paralelo, ese desahogo se fue esfumando en la alegría lógica y a cuestas de toda la familia de hinchas, que desde el "Hugo A. Prátula" en caravana se fueron hacia el centro bajo una lluvia que se presentó para sumar más escenografía al delirio.
El convencimiento y la autoestima individual, sumando a la contundencia son en el fútbol valores en si mismo. Las cosas no suceden porque sí.
Tener en el banco como técnico a quien como jugador posee la mayor cantidad de títulos en la historia albinegra, como Mariano Sáenz Valiente; motiva, moviliza a cualquier jugador y no es poco y ayer ese plus de saber cómo jugar una final se vio.
¿Desde qué perspectiva?, en cada centro descolgado por Molina, en cada cierre de Gorosito o Lafitte, en los pulmones de Gianfranco Justo, en cada rechazo de Chochi Ortiz, Feijoo y Villavicencio -impasables ambos-, en la quirúrgica zurda de Sergio Bertellys, en Matías Albasi que se puso el traje de figura para tamaña ocasión y en la potencia de Maitini goleador llamado a la cita.
Con estos cimientos desde el caluroso enero de este año, Newbery supo lo que buscaba y luego lo que quería. Un puntaje de la ronda clasificatoria que marcó diferencia sobre el resto y terminó consolidando un campeonato ganado con solvencia y total claridad.
Con un marco de público imponente, no le fue fácil a Newbery disipar en el inicio del juego, la final que se le escapó también a sus pibes en reserva y perder al minuto a Pavón por lesión. Pero se reseteó, ajustó y con un trabajo perforante sobre la banda de Gabriel Abadíe, el tándem de Justo, Albasi y Bertellys marcaron una superioridad, que Ingeniero no supo resolver en esa zona, incluso corriendo riesgo porque Abadíe caminó por la cornisa de dejar a su equipo con uno menos.
Facundo Maitini abrió la cuenta a los 12 con un remate formidable, bajo y cruzado y sobre el final de la etapa una subida de Lafitte por derecha terminó en remate frontal con rebote largo en el arquero Fernández y Albasi puso el 2 a 0.
Es justo citar que Ciolli a último momento no pudo contar con Fuch por una intoxicación estomacal y eso lo obligó a modificar en cierto modo su planteo, pero los ingresos de Mateo Echer y Billani en el inicio del segundo tiempo, para quedarse con tres en el fondo y sumar más gente en ofensiva, tampoco se vio reflejado en situaciones, donde en una de sus virtudes como el juego aéreo, tampoco pudo dañar por la firmeza de su rival.
El penal a los 20 por una mano en el área de Newbery, podía haber influido en la media hora final porque Newbery había cedido metros, pero la falta de puntería de Luciano Echer empezó a dejar mucho más cerca de Newbery el título, incluso sumando un par de situaciones con Maitini sobre los 30 y otra de Bertellys dos minutos después que tomó adelantado a Fernández y desde su precisión hizo esforzar al arquero, que la sacó por arriba, lo que hubiera sido la frutilla del postre y cerrar la cancha.
Newbery terminó siendo entrega, fibra y personalidad y nada modificó en el desarrollo ante los intentos de Ingeniero. En el final hizo uso de los mejores verbos que tiene el fútbol gritar campeón, llorar de emoción y cantar de felicidad.
Jorge Newbery 2 – Ingeniero 0
Cancha: Hugo A. Prátula.
Arbitro: Germán Martín.
Newbery: Molina; Lafitte, Feijoo, Villavicencio y Gorosito; Justo, Hatrick y Pavón y Bertellys, Albasi y Maitini. DT: Mariano Sáenz Valiente. PF Agustín Etchebehere.
Ingeniero: Fernández; Monclús, S. Abadíe, Nievas y Lecointre; G. Abadíe, Franco y Farias; L. Echer y M. Huber. DT: Hugo Ciolli.
Goles primer tiempo: 12´ Facundo Maitini (JN), 45’ Matías Albasi (JN)
Segundo tiempo: 20´ Luciano Echer desvió un penal para Ingeniero. Expulsados: no hubo.
Cambios. En Jorge Newbery: B. Ortiz por Pavón y A, Guillermo por M. Albasi. En Ingeniero: Billani por Lecointre, Mateo Echer por Gabriel Abadíe y Fuch por Veneciano.
Jugando con dientes apretados y en varios pasajes siendo superior a ese Ingeniero difícil, de oficio y mil batallas, este mix de jugadores jóvenes aún, pero con rodaje y otros juveniles de proyección hacia el futuro, venció 2 a 0 a Ingeniero de La Madrid.
Facundo Maitini abrió la cuenta antes del cuarto de hora de iniciado y Matías Albasi sobre el final de la etapa puso el 2 a 0 que sería definitivo. Los de Hugo Ciolli lejos de jugar un fútbol práctico y efectivo, tuvieron la chance de "ponerse en partido" a los 20 del complemento cuando inesperadamente Luciano Echer desvió un tiro penal, quizás en el único momento de confusión que tuvo el Cacique en el global del juego.
El recuerdo a ese amigo del alma como fue Lautaro Conde, jugador fallecido a fines de 2016, se hizo notar, caló en lágrimas de jugadores y dirigentes, pero en paralelo, ese desahogo se fue esfumando en la alegría lógica y a cuestas de toda la familia de hinchas, que desde el "Hugo A. Prátula" en caravana se fueron hacia el centro bajo una lluvia que se presentó para sumar más escenografía al delirio.
El convencimiento y la autoestima individual, sumando a la contundencia son en el fútbol valores en si mismo. Las cosas no suceden porque sí.
Tener en el banco como técnico a quien como jugador posee la mayor cantidad de títulos en la historia albinegra, como Mariano Sáenz Valiente; motiva, moviliza a cualquier jugador y no es poco y ayer ese plus de saber cómo jugar una final se vio.
¿Desde qué perspectiva?, en cada centro descolgado por Molina, en cada cierre de Gorosito o Lafitte, en los pulmones de Gianfranco Justo, en cada rechazo de Chochi Ortiz, Feijoo y Villavicencio -impasables ambos-, en la quirúrgica zurda de Sergio Bertellys, en Matías Albasi que se puso el traje de figura para tamaña ocasión y en la potencia de Maitini goleador llamado a la cita.
Con estos cimientos desde el caluroso enero de este año, Newbery supo lo que buscaba y luego lo que quería. Un puntaje de la ronda clasificatoria que marcó diferencia sobre el resto y terminó consolidando un campeonato ganado con solvencia y total claridad.
Con un marco de público imponente, no le fue fácil a Newbery disipar en el inicio del juego, la final que se le escapó también a sus pibes en reserva y perder al minuto a Pavón por lesión. Pero se reseteó, ajustó y con un trabajo perforante sobre la banda de Gabriel Abadíe, el tándem de Justo, Albasi y Bertellys marcaron una superioridad, que Ingeniero no supo resolver en esa zona, incluso corriendo riesgo porque Abadíe caminó por la cornisa de dejar a su equipo con uno menos.
Facundo Maitini abrió la cuenta a los 12 con un remate formidable, bajo y cruzado y sobre el final de la etapa una subida de Lafitte por derecha terminó en remate frontal con rebote largo en el arquero Fernández y Albasi puso el 2 a 0.
Es justo citar que Ciolli a último momento no pudo contar con Fuch por una intoxicación estomacal y eso lo obligó a modificar en cierto modo su planteo, pero los ingresos de Mateo Echer y Billani en el inicio del segundo tiempo, para quedarse con tres en el fondo y sumar más gente en ofensiva, tampoco se vio reflejado en situaciones, donde en una de sus virtudes como el juego aéreo, tampoco pudo dañar por la firmeza de su rival.
El penal a los 20 por una mano en el área de Newbery, podía haber influido en la media hora final porque Newbery había cedido metros, pero la falta de puntería de Luciano Echer empezó a dejar mucho más cerca de Newbery el título, incluso sumando un par de situaciones con Maitini sobre los 30 y otra de Bertellys dos minutos después que tomó adelantado a Fernández y desde su precisión hizo esforzar al arquero, que la sacó por arriba, lo que hubiera sido la frutilla del postre y cerrar la cancha.
Newbery terminó siendo entrega, fibra y personalidad y nada modificó en el desarrollo ante los intentos de Ingeniero. En el final hizo uso de los mejores verbos que tiene el fútbol gritar campeón, llorar de emoción y cantar de felicidad.
Jorge Newbery 2 – Ingeniero 0
Cancha: Hugo A. Prátula.
Arbitro: Germán Martín.
Newbery: Molina; Lafitte, Feijoo, Villavicencio y Gorosito; Justo, Hatrick y Pavón y Bertellys, Albasi y Maitini. DT: Mariano Sáenz Valiente. PF Agustín Etchebehere.
Ingeniero: Fernández; Monclús, S. Abadíe, Nievas y Lecointre; G. Abadíe, Franco y Farias; L. Echer y M. Huber. DT: Hugo Ciolli.
Goles primer tiempo: 12´ Facundo Maitini (JN), 45’ Matías Albasi (JN)
Segundo tiempo: 20´ Luciano Echer desvió un penal para Ingeniero. Expulsados: no hubo.
Cambios. En Jorge Newbery: B. Ortiz por Pavón y A, Guillermo por M. Albasi. En Ingeniero: Billani por Lecointre, Mateo Echer por Gabriel Abadíe y Fuch por Veneciano.
MB
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